Lleva una lista de preguntas. A veces tenemos dudas y cuando estamos con el Dr. se nos olvida preguntarle, lleva una lista de todas las preguntas para que no se te olviden.
Dile cómo te sientes. A veces los doctores están tan enfocados en atender lo mejor posible a nuestros(as) niños(as), lo cual es buenísimo, pero a veces se olvidan o no pueden entender por completo toda la situación y las emociones de los cuidadores. Si hay algo que te preocupa o estás especialmente sensible, coméntaselo para que trate de ponerse en tu lugar y busque mejores formas de darte las noticias o explicarte las cosas.
Ve acompañado(a). Como dice el dicho “dos cabezas piensan mejor que una”. Muchas veces en una consulta el Dr. te comenta información nueva y son tantas las cosas que ya traemos en la cabeza que a veces regresamos del Dr. con muchas dudas que no se nos ocurrió preguntarle en el momento, por eso te recomiendo que vayas siempre acompañado(a) con personas que conozcan la evolución y los cuidados de tu niño(a) para que te ayuden a hacer preguntas relevantes y que quizás no se te ocurrían a ti.
